jueves, 26 de mayo de 2011

Paseando por mi Pueblo Querido, San Juan de los Morros


Aquiles Silva


27 de Mayo de 1763:
En este día nace en San Francisco de Tiznados, estado Guárico, Juan Germán Roscio, el idealista de la Independencia venezolana. Hijo de José Cristóbal Roscio y de Paula María Nieves. Sus primeros años transcurrieron en su pueblo natal, donde su padre poseía varios hatos de ganado.
En 1774, se trasladó a Caracas, para iniciar sus estudios superiores bajo la protección de la hija del Conde de San Javier. Durante este período, cursó estudios de Teología, Sagrados Cánones y Derecho Civil. En 1794 obtuvo el título de Doctor en Derecho Canónico, y en 1800 el de Civil. Representante de Calabozo en el Congreso de 1811, se le encomendó la redacción del Acta de la Independencia (5 de julio de 1811).
En el año 1812 fue apresado en La Guaira por el esbirro español Monteverde  y enviado al presidio español de Ceuta, en el norte de África.
Este hecho, mal intencionado que sufrió Juan Germán Roscio, es contado por él, así:
"Sin ser oídos, sin ser convencidos de ningún delito, sin ninguna forma, ni aparato de juicio, yacíamos incomunicados en una oscura mazmorra más de 70 días, al cabo de los cuales fuimos varios conducidos a bordo de una embarcación de guerra, y en ellos llevados a Cádiz en una barra de grillos, con una recomendación de Monteverde concebida en los términos siguientes: 'Presento a V. M. esos ocho monstruos, origen y raíz primitiva de todos los males de América. Que se confundan delante del trono de V. M, y que reciban el castigo que merecen sus crímenes. Dios guarde a V. M. muchos años. Caracas, 14 de agosto de 1812. Señor. Domingo Monteverde".

 De allí, de esa cárcel,  escapó y llegó a Filadelfia (Estados Unidos) en 1818; ciudad en la que escribió su obra “Triunfo de la libertad sobre el despotismo” El triunfo de la libertad sobre el despotismo es un libro rarísimo. “Le debemos la historia de las ediciones de este texto a Pedro Grases, el gran exiliado español que hizo tanto por la cultura bibliográfica en América Latina: Grases identificó la primera edición, de 1817,  y rastreó su difusión a través de las sucesivas reimpresiones del mismo texto en diversos países de nuestra América. Para esta ponencia he utilizado, en partes, la edición de Biblioteca Ayacucho.  (212).

En esta Ponencia, voy a tratar de unir el tiempo-espacio- humanismo, que caracterizan a un personaje, de carne y hueso, que se constituyó en la LUZ Independentista de América.
Su nacimiento, como lo dicta una copia de su Partida de Bautismo  del 28 de noviembre de 1896, entregada en San Francisco de Tiznados, y publicada por el Diario El Universal de Caracas, el 07 de mayo de 1909:
 “Fe, de bautismo del Generalísimo Dr. Juan Germán Roscio: Nació en la Guamita tierra de prodigioso recuerdo con afecto de gracias, el 28 de diciembre de 1773; yo, el infrascrito cura R. R.  de la Parroquia de San Francisco de Tiznados y sus anexos, bauticé solemnemente, puse óleo y crisma y di bendición según hijo legítimo de Don José Roscio y doña Pilar María de Nieves Blancos, que vive en este pueblo; fueron sus padrinos, Don Agustín Espinoza de los Monteros y doña Luisa María de Arana, a quien advertí su obligación espiritual con parentesco; fueron testigos Don Alonzo de la Riva y Juan José Correa, vecinos todos de esta feligresía y para que conste lo firmo, Presbítero, Diego Báez. Es copia exacta, José María Meléndez, Ortiz 28 de Noviembre de 1896…” (08)
Este acto de Bautismo se celebra, cuando el niño Juan Germán contaba con Diez año de edad.
En 1774, ya con once años, el niño Roscio es llevado a Caracas en la compañía de su hermano el Padre José Félix y un grupo de siervos y gente de servicio de los Pachecos y Mijares. Atrás quedaban las faenas campestres, y al frente los esperaban las montañas que rodean a Villa de Cura, los Valles de Aragua hasta Caracas. Una marcha en mulas o caballos, que tardarían de tres a cuatro días  para llegar a su destino.
En Caracas inicia sus estudios Superiores, y posteriormente sus actividades políticas.

En 1819, estando en Angostura, Bolívar lo designó miembro principal del Consejo de Estado. Al constituirse la República de la Gran Colombia, fue Vicepresidente del departamento de Venezuela.
 Designado para presidir el Congreso Constituyente de la Gran Colombia, no llegó a hacerlo pues falleció en Cúcuta el 10 de marzo de 1821, antes de que se instalara el mismo. Desempeñó algunos cargos públicos en la administración colonial, después de un largo litigio para ser admitido en el Colegio de Abogados.” (06)

En el Testamento de Roscio, podemos leer, entre otras declaraciones, que “En la ciudad de Filadelfia en los Estados Unidos de Norte América, a 14 de abril de 1818, Yo el Dr. D. Juan Germán Roscio, natural de la ciudad de Caracas,  Provincia de Venezuela, en América del Sur, hallándome en peligro de muerte pero en mi entero y sano juicio, hago las siguientes declaratorias en descargo a mi conciencia.”

“Primeramente declaro y confieso que  profeso la religión Santa de Jesucristo, y como más conforme  a ella, profeso y deseo morir bajo el sistema de gobierno republicano, y protesto contra el tiránico  y despótico gobierno de monarquía absoluta como el de España…”

En cuanto a su histórica Obra “EL TRIUNFO DE LA LIBERTAD SOBRE EL  DESPOTISMO”, he tomado algunos mensajes, que a tantos siglos de su publicación,  “es como el anillo al  dedo” de nuestra historia actual:
Juan Germán Roscio daba inicio a su libro manifestando lo siguiente:
“Peque Señor, contra ti, y contra el género humano, mientras yo seguía las banderas del Despotismo. Yo agravaba mi pecado, quando en obsequio de la tiranía me servía de vuestra santa palabra, como si ella se hubiese escrito y transmitido a los mortales para cargarlos de cadenas, para remachar y bendecir los hierros de su esclavitud. En vez de defender con ellas sus derechos los atacaba sin reflexionar  que también los míos eran comprehendidos en el ataque. Siguiendo las falsas ideas que yo había contraído en mi educación, jamás consultaba el libro Santo de la naturaleza; leer siquiera el índice  escrito de vuestro puño sobre todo los hombres, me parecían un crimen. Yo desconocía el idioma de la Razón. La práctica de los pueblos ilustrados  y libres era en mi concepto una cosa propia de gentiles, y ajenas de cristianos: detestaba como herético los escritos políticos de los filósofos.
Por los malos hábitos de mi educación, yo no conocía otro derecho natural que el despotismo; otra filosofía que la ignorancia, ni otra verdad que mis preocupaciones. Me sobraban los libros y maestros que fomentasen este trastorno de ideas, este abuso de palabras, y subversión de principios: ellos eran  los que me  impedían  el desengaño. Quanto más esclavizado me hallaba, tanto ´mas libre me consideraba; quanto más ignorante, tanto más ilustrado me creía; quanto más preocupado, quanto más  adicto a mis errores, tanto más ufano y contento con ellos; quanto más envilecido, quanto más  negado a la virtud con que debía salir de mi cautiverio, tanto más me vanagloriaba  de fiel vasallo y buen servidor del déspota que me oprimía…”  (págs. 02 y 14)
En las páginas 46 y 47, Roscio manifiesta: “La Libertad solo vale más que todo el oro del Mundo”. (“Non bene pro toto libertas venditur  auro”)…
No hay tesoro que contrapesen la pérdida de la libertad y demás derechos imprescriptibles. ¿Qual pues será la torpeza  y nulidad del acto que exonere de la cuenta y razón  a los que administran  la soberanía de las naciones.
Convencido, señor,  de estas verdades, me entregué a la reflexión;  y todas partes hallaba nuevos convencimientos de la majestad y el poder del pueblo…” “…Ningún usurpador, ningún tirano, aunque sea esforzado como un Hércules, puede subyugar  una multitud sin el auxilio de otra multitud bien armada y capaz de superarla: en este caso la multitud vencedora es la soberana…”

En la página 106, al tratar sobre la constitución y los derechos de los hombres, sostiene: “…De aquí muy bien se deduce que la nación  nunca es súbdita de sus mandatarios, que ella misma elige y autoriza sus derechos.  Todas aquellas personas que según la constitución del Estado hacen de subalternos, y dependientes del gobierno, se sujetan a los gobernantes  y les juran obediencia en cuanto le permiten los mismos estatutos: juramento promisorio en obsequio de la misma ley, para ser obedecida, quando ella hable por la boca del magistrado. Si el pueblo entero la jura, no es otra cosa su juramento que la promesa de ser fiel a su propia  razón, y obediente  a ley de su espíritu…”
Y para finalizar esta hojeada al Libro de Juan Germán Roscio, es mi deber como ciudadano guariqueño, aclarar algunos decires de investigadores y críticos literarios, que consideran a esta obra como una separación del escritor Juan Germán Roscio, de sus posiciones religiosas, y hasta llegan a confirmar que él no estaba de acuerdo con la Iglesia, sino que aplaudía el sistema comunista. Craso error, ya que el mismo Roscio en el final de la su libro manifiesta: “A parecer bien probada esta verdad con los libros religiosos, y no clasificarla de religiosa, sino de cuasi religiosa, podía ser un argumento de inconseqüencia, sino hubiese  contra el una razón convincente. No hay libro por exacto  y conciso que sea, que no toque por incidencia elementos ajenos  de su mira principal. Por abstracta y metafísica que sea la materia, no puede dexar  de adoptarse por vía de auxilio conocimientos de otras artes  y ciencias para mejorar las ideas, adornar el estilo, o hacerlo más inteligible. Pero esto resta al lector para confundir lo principal con lo accesorio, las incidencias con lo substancial.
“…No es la política del Resorte el de la Religión. Sin sociedades no existiría la Política. Pero la Religión sería siempre inseparable del hombre, aunque jamás hubiese entrado en convenciones sociales…Apenas hace el hombre los primeros ensayos de su razón, quando adquiere el carácter de religioso por medio de la gratitud que naturalmente inspiran el conocimiento de los beneficios recibidos de la suprema causa.”
“…Sea este enhorabuena  un Símbolo de Religión. Pase por emblema de la Soberanía el trono de quien la exerce,  Pero contenguese  dentro de sus limites las alegorías. No los traspasen para hallar los derechos civiles

y religiosos de una comunidad.  Sea la imagen  de la Religión lo que se estime más expresivo de ella; pro jamás  se crea simbolizada  en aquellos altares  de donde simultáneamente reciben el incienso  los despostas coronados. (Págs. 332 a 339)


Fuentes Consultadas:
56.- Venezuela su Historia y la  Fecha de Hoy. Aquiles Silva. Columna Periódicos.
212.- www,literaturaiberoamericanaunam.blogspot.com/
225.-  Books.Google.com.ve /el triunfo de la libertad sobre el despotismo. Juan Germán Roscio.

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