LA AGONIA DEL LIBERTADOR
Aquiles Silva
10 de diciembre de 1830:
En esta fecha, a las ocho de la mañana, el Dr. Réverend, hace entrega del Boletín Médico Nº 11, que dice:
BOLETIN Nº 11
“Dos ó tres horas de sueño en las primeras horas de la noche y con alguna inquietud. El resto de ella lo pasó S. E. desvelado, conversando solo, y por consiguiente deliraba, La mayor parte del tiempo era un quejido continuo; pero el paciente siempre contestaba que estaba bueno. No pudo restablecerse la expectoración como antes; por consiguiente tuve mas motivo para creer que iba a efectuarse la metástasis. Se continuó el uso el uso de los calmantes y por otra parte los revulsivos.- Diciembre 10, a las ocho de la mañana.-Réverend.” (06) a pasar las horas, Libertador comenzó a empeorarse de la salud, al punto que hubo de enviársele un recado al General Mariano Montilla, sobre esta alarmante situación y se le pidió que contratase algunos músicos para distraer al paciente. A Bolívar, sin embargo, le parecía que su estado no era tan crítico y hasta quiso demostrar lo contrario al levantarse de su lecho y echar a andar, tratando con ello de sobreponerse a su debilidad. A poco se vio obligado a regresar a la hamaca, porque su físico no era capaz de soportar tales esfuerzos.” (2 7)
En horas de la noche, Bolívar ante la gravedad de su salud, decide dictar su Testamento, así como también, la que sería su última Proclama a los Colombianos.
Su testamento, se inicia así:
“En nombre de Dios Todopoderoso, amén…Yo, Simón Bolívar, Libertador de la República de Colombia, natural de la ciudad de Caracas, en el Departamento de Venezuela, hijo legitimo de los Sres. Juan Vicente Bolívar y María Concepción Palacios, difuntos, vecinos que fueron de dicha ciudad; hallándome gravemente enfermo, pero con mi entero y cabal juicio, memoria y entendimiento natural (…) hago, otorgo y ordeno mi testamento en la forma siguiente:
1º- Primeramente encomiendo mi alma a Dios Nuestro Señor que de la nada la crió, y el cuerpo a la tierra de que fue formado, dejando a disposición de mis albaceas el funeral y entierro, y el pago de las mandas que sean necesarias para las obras pías, y estén prevenidas por el Gobierno…” (01) Imagen: Ultimos días del Libertador. óleo de Tito Salas.
A las nueve de la noche. El Dr. Réverend, hizo entrega de un segundo Boletín Médico. que dice: Boletín Nº 12:
“Como de costumbre tenía mas despejo de día, por la noche le crecieron los males con fuerza. De cuando en cuando la misma modorra; pero al despertarse hablaba con serenidad y claridad. Sin embargo aparecían los síntomas de congestión en el cerebro. Como S. E. es de naturaleza estreñido, se le dieron dos píldoras purgantes para evacuarlo, y no le hicieron efecto, á pesar de dos lavativas que se le echaron. Le atacó el hipo de nuevo y tuvo muy arqueadas. Un parche anodino le restableció la quietud; pero siguiendo siempre las señales eminentes de una congestión cerebral, se le puso un cáustico o vejigatorio en la nuca á la dos de la tarde, continuando los mismos remedios revulsivos y anodinos. A las ocho y media de la noche se levantó el cáustico, que le había hecho poco efecto, por lo que se le puso otro inmediatamente en el mismo paraje. Bebió el agua de goma por tisana común.- Diciembre 10, a las nueve de la noche.- Réverend.” (06)
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